El documento utiliza la metáfora de un regalo envuelto que recibimos cada día al despertar para representar el nuevo día que Dios nos da. Aunque a veces trae problemas, otras veces trae alegrías y victorias. Lo más importante es agradecer a Dios por este regalo diario sin importar lo que contenga, ya que Él siempre nos da lo mejor y más de lo que merecemos.